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Volviendo al diseño original

  • Foto del escritor: elugarsecretoblog
    elugarsecretoblog
  • 8 ago 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 ago 2018

Dejemos los fertilizantes atrás, volvamos al principio. 



Una planta por si sola desde tiempos antiguos podía crecer con los procesos naturales al estar plantada en una buena tierra y recibir constante sol y lluvia; nada más era necesario, con el paso del tiempo las técnicas para mejorar los procesos de crecimiento por la industria agrícola se volvieron más complejos; generando nuevos fertilizantes y formulas que hacían que las plantas o frutas tuvieran un resultado más vistoso y brillante y hasta su capacidad y crecimiento aumentara en un 50%. Mi padre ha sido agricultor toda mi vida; desde que yo tengo memoria para ser exacta; el cultivo de la fresa siempre ha sido la entrada económica para mi familia, ha sido el negocio familiar por "excelencia". Me llamó mucho la atención años atrás ver que las fresas que mi papá sembraba no recibían en un principio fertilización y todas las nuevas técnicas que ahora se conocen en el mercado agrícola para darle una mejor apariencia al producto; el solamente seguía utilizando métodos naturales para sacar adelante su cosecha, al final la diferencia era muy notoria; las fresas de mi papá comparadas a las que se encontraban en el supermercado eran mucho más pequeñas y sin tanto brillo, aveces hasta tenían pequeños mosquitos (plaga); en cambio las fresas "comerciales" por así llamarlas, eran muy grandes y brillaban mucho, nada más de verlas se hacía agua en la boca.

Al momento de probar el sabor de la una y de la otra me dí cuenta de que las comerciales eran bonitas en apariencia pero no eran dulces por dentro; en cambio cuando probé las de mi papá que por apariencia no lucían muy atractivas; me di cuenta de que eran ¡deliciosas!; muy dulces y no podías dejar de comer una tras otra.

¿Qué quiero decir con esta comparación de las fresas? Seguro te estás preguntando. Bueno, así es la situación de la iglesia de Cristo hoy en nuestros días. La iglesia primitiva, según el libro de Hechos en sus primeros capítulos nos habla de una iglesia perseguida sin muchos recursos, llena de dificultades, pero que permanecía por el simple hecho de recibir los "nutrientes principales" que son la misma Presencia de Dios y la dirección constante de su Espíritu Santo; tal vez por fuera, ellos lucían derrotados, como ovejas destinadas al matadero, como escoria y burla de todos los que los veían; pero por dentro, ¡Tenían el fruto más dulce y eterno!, fruto que solo conocerían aquellos que se atrevieran a probar la vida en Cristo y dejar atrás todo. Esta iglesia representaría "las fresas de mi papá" alimentadas con la fuente mas perfecta de vida; el diseño original, pero tal vez por fuera eran las que nadie quería, por que su apariencia no iba conforme a lo que el mundo exigía.

Por otro lado, tenemos la iglesia de nuestros días "las fresas alimentadas con fertilizante y todo producto novedoso de hoy en día" La iglesia que solo vive de memorias; de leer las grandes vidas del pasado y que trata de imitarlas con el simple hecho de deslizar un dedo y compartir la publicación de escritores de antaño que realmente pagaron un precio alto; una iglesia que ¡Sigue siendo novia! pero que en lugar de crecer por los métodos naturales que Jesús declaró; prefiere alimentarse de técnicas nuevas, productos costosos, ministerios vanidosos que solo buscan la promoción propia; cosas que solo hacen que se veía bonita por fuera; pero sin el sabor de Cristo por dentro. El sol y la lluvia que representan simbólicamente la Presencia misma de Cristo y la acción de Su Espíritu; fueron cambiadas por los "fertilizantes de técnicas de evangelio que aparentan hacerlo más relevante y funcional para estos tiempos" pero que lo único que hacen es representar una bonita farsa de algo que no es.

El dulce sabor y olor de la presencia constante del Espíritu Santo se encuentra en decadencia por que los hombres aún tratamos de tener el control en nuestras manos; nos preocupamos por vender un producto de calidad antes de asegurarnos que no se pierda la esencia.

Es por eso que trato de hacerle ver a la iglesia de hoy en día por medio de mis páginas de "El Lugar Secreto" la importancia de volver al inicio y recobrar nuestra identidad; Jesús no va a medir nuestra relación con El por lo exitosos y lindos que nos veamos; el la medirá por lo bien que nos esforzamos en imitar sus pisadas y amar estar con El en su morada secreta.

Dejemos los fertilizantes atrás, volvamos al principio. 

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